Últimos momentos de Juliana Marins, la joven brasileña que murió atrapada en el volcán Rinjani
Juliana Marins, viajera brasileña de 26 años, murió tras caer en el volcán Rinjani en Indonesia. Su cuerpo quedó atrapada durante días
Juliana Marins, publicista brasileña de 26 años y amante de los viajes en solitario, falleció trágicamente tras una caída en el volcán Rinjani, en Indonesia, durante una expedición turística. La joven, originaria de Niterói (Río de Janeiro), había iniciado su travesía por el Sudeste Asiático en febrero y se encontraba recorriendo la isla de Lombok cuando ocurrió el accidente.
El 20 de junio, junto a cinco turistas más y un guía local, comenzó el ascenso al monte Rinjani, un volcán activo de 3.726 metros. Durante la segunda jornada, agotada por el esfuerzo físico, decidió separarse del grupo para descansar.
Fue entonces cuando, en medio de la densa niebla y en condiciones climáticas extremas, cayó por un barranco de más de 300 metros, quedando atrapada a unos 500 metros por debajo del sendero principal.
El rescate fue complejo desde el inicio. La geografía escarpada, la poca visibilidad, el riesgo de deslizamientos y las temperaturas extremas impidieron que los helicópteros pudieran actuar.
Sin embargo, en la mañana del 21 de junio, un dron operado por voluntarios y autoridades logró localizarla con vida. Juliana, consciente, hizo señales con una linterna, alimentando la esperanza de que pudiera ser rescatada.
No obstante, los días siguientes mostró ya señales de inmovilidad, y para cuando los rescatistas llegaron a ella, ya no presentaba signos vitales.
Según la autopsia, realizada el 27 de junio, confirmó que murió cerca de 20 minutos (algo ilógico) después de la caída, producto de múltiples fracturas y hemorragias internas. La operación para recuperar su cuerpo se extendió por más de cinco horas el 25 de junio, desarrollándose a pie, con cuerdas y camillas, ante la imposibilidad de usar aeronaves debido al mal clima.
La familia de Juliana denunció negligencia en los tiempos de respuesta de los equipos de rescate. Aseguran que, si la ayuda hubiese llegado en las primeras siete horas tras la caída, su vida pudo haberse salvado.
Ante la presión pública, el presidente Lula da Silva ordenó que se revocara el decreto que impedía al gobierno asumir los costos del traslado del cuerpo de Juliana a Brasil. Finalmente, fue la alcaldía de Niterói la que se hizo cargo de los gastos. Además, en el Congreso brasileño se propuso la llamada “Ley Juliana Marins”, que busca garantizar apoyo estatal a ciudadanos brasileños en situaciones similares en el extranjero.
Juliana era una figura muy seguida en redes sociales, donde compartía su amor por la naturaleza, el senderismo y el pole dance con más de 300.000 seguidores (hasta la fecha de esta publicación tiene 460.000). Su última publicación, realizada el 10 de junio desde Indonesia, se viralizó tras conocerse su muerte, generando una ola de conmoción y mensajes de despedida.
Una grabación realizada por la turista italiana Federica Matricardi —quien coincidió con Juliana en la excursión— mostró a ambas disfrutando del paisaje del volcán apenas horas antes del accidente. En el video se escucha a Juliana sonriendo mientras dice: “Hicimos el sendero por las vistas, así que estoy feliz”, sin imaginar que serían sus últimas imágenes con vida.