Taxista muere de forma agonizante tras ser obligado a beber ácido durante un robo
Tiago Nicolau, padre de familia, fue obligado a beber ácido durante un robo en Leme. Murió tras agonizar ocho días
La ciudad de Leme, en el estado de São Paulo, está conmocionada por la trágica muerte de Tiago Augusto Nicolau, un exsoldado de la Fuerza Aérea Brasileña de 30 años, quien falleció tras haber sido forzado a ingerir una sustancia corrosiva durante un violento robo.

Tiago, hombre de familia, casado con Karina Schenaider Alves de Godoy y padre de una niña pequeña llamada Sofía, salió de casa el 10 de junio con la intención de lavar su vehículo, un Renault Sandero, en casa de su madre. Esa fue la última vez que tuvo contacto con sus seres queridos. Su mensaje final fue un texto a su esposa avisándole a dónde se dirigía.
Horas más tarde, un trabajador de un ingenio azucarero lo halló muy malherido en un camino rural. Aún consciente, Tiago denunció que había sido interceptado por dos hombres armados que lo obligaron a conducir hasta una zona apartada, donde lo agredieron brutalmente y lo forzaron a beber lo que se cree era ácido de batería. Luego, los agresores huyeron con su carro y su teléfono móvil.
El hombre fue trasladado de urgencia al Hospital de Leme por el cuerpo de bomberos, donde ingresó directamente a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Los médicos constataron lesiones severas en la lengua, la boca, la laringe y el esófago. Pese a los esfuerzos médicos, Tiago falleció el 18 de junio tras ocho días de agonía.
La sustancia exacta que ingirió no ha sido revelada oficialmente, aunque se presume que se trató de ácido de batería. El caso, inicialmente clasificado como robo, ahora es investigado como homicidio agravado. La Policía Civil de Leme aún no ha identificado ni capturado a los responsables.

La víctima fue enterrada el 20 de junio en una ceremonia breve y dolorosa, con ataúd sellado, en el cementerio de São João Batista. Su prima, Taís Nicolau, lamentó en redes sociales: “Incluso nos quitaron la despedida. ¡Qué madre y qué padre merecen pasar por esto!”.
Tiago había abandonado su carrera militar debido a problemas de visión. Desde entonces, se dedicaba a trabajar como conductor de transporte por aplicaciones y también figuraba como microempresario en servicios de carga y descarga.
La Secretaría de Seguridad Pública de São Paulo informó que todas las medidas están siendo tomadas para esclarecer el crimen y dar con los responsables. La comunidad exige justicia.