El jueves 5 de septiembre, un atentado con explosivos sacudió las oficinas de la Sociedad Rural Argentina (SRA), principal portavoz de los intereses ganaderos y agrícolas del país. Dos paquetes bomba fueron enviados a la sede ubicada en Buenos Aires, dirigidos a sus principales líderes: el presidente Nicolás Pino y el vicepresidente Marcos Pereda Born.
El primero de los dispositivos, abierto por la secretaria de Pino, Pamela Sousa, emitió una densa nube de humo. Aunque Sousa inhaló algo de humo, no sufrió heridas ni quemaduras. La explosión fue captada por cámaras de seguridad, mostrando el momento de terror vivido por el personal, quienes rápidamente alertaron a las autoridades.
El segundo dispositivo, enviado a Pereda Born, fue desactivado en el exterior del edificio por un escuadrón antibombas, evitando más tragedias.
Un día después, la policía arrestó al principal sospechoso, Alberto Santiago Soria, un agente inmobiliario de 40 años, identificado a través de imágenes de cámaras de seguridad. Soria presuntamente habría tomado dos autobuses para entregar personalmente los explosivos a los directores de la SRA.
Las investigaciones revelaron que Soria tenía antecedentes penales por amenazas antisemitas en 2017. A pesar de las sospechas iniciales de que el ataque podría estar relacionado con grupos extremistas veganos o anarquistas, la aparición de carne congelada en su domicilio puso en duda esta teoría.
La justicia sigue indagando en las posibles motivaciones de este atentado.